domingo, 17 de mayo de 2020

“Eppur si muove”



Una frase que se le atribuye a Galileo Galilei, se ha convertido en una respuesta en contra de las autoridades que buscan perseguir el estudio científico, ese que en medio de la oscuridad se convierte luz para saber la verdad. El conocimiento incomoda a unos pocos, sobre todo si revela su propia ineficiencia, aquella que genera desgracia en la población.

Durante esta semana la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales, presentó un estudio donde reflejaba que en los próximos meses, en nuestro país tendríamos picos del COVID-19, en números muy preocupantes, que hasta ahora son evitables. Un gobierno serio, aprovecha dicho informe para apalancarse en su medida de un mayor confinamiento y así evitar un colapso del sistema de salud pública.

La reacción de un sector del gobierno fue de acusar a los académicos de alarmistas: Diosdado Cabello, número dos del PSUV, amenazó a la Academia con persecuciones y la denominada Operación Tun-Tun. Menos mal que hasta ahora no se han concretado las palabras en hechos, parece que en el chavismo/madurismo evitan pisar  el terreno fangoso iniciando una persecución en contra de los científicos que buscan la verdad en medio de la incertidumbre.

Desde la Academia han querido ser claros que su estudio es un modelo matemático, basado en los hechos reportados desde el sector oficial y que mide el impacto del virus en la población; bajo esa realidad desean determinar algunas variables y calcular como se puede comportar la enfermedad en la población. Son muchos los países que se apoyan en ese tipo de informes para determinar qué acciones tomar y buscar prevenir mayores contagios,

Nadie desea que en Venezuela se caiga en la espiral de lugares como Italia o Ecuador, donde la pandemia desbordó los servicios sanitarios. Estamos conscientes que no tenemos un sistema óptimo para afrontar el COVID-19: el abandono de la infraestructura, la falta de inversiones para adecuar los servicios y la falta de personal, nos pone en una posición muy vulnerable.

El chavismo/madurismo no es una excepción en la política interna y externa: nuestro liderazgo suele rechazar el conocimiento y los estudios que reflejen posiciones equivocadas; en el continente, los gobiernos de Brasil, México, Nicaragua y Estados Unidos, rechazan las advertencias de los expertos en sanidad, prefiriendo exponer a la población al contagio. Ser de izquierda o derecha no exime de algunas torpezas que pueden ser contraproducentes.

En esta nueva etapa, toca a los gobiernos del mundo apoyarse en los científicos y expertos en diferentes áreas; ya no es solo un tema de salud, también lo es económico y social. La humanidad tiene retos por delante que superar y los líderes deben demostrar grandeza para estos momentos.

Y, sin embargo, se mueve” afirmó Galileo al retractarse ante la Santa Inquisición, esa que no tuvo contemplación en condenar a la hoguera a Giordano Bruno por sus ideas contrarias a lo establecido. En Venezuela se mostró un rostro que no debe tolerarse y debe ser combatido con la fuerza de las ideas; si al gobierno no le gusta un informe científico, debe ser refutado, jamás perseguido.

Es momento de apoyarse en los que conocen, en los que desean aportar su grano de arena para evitarle desgracia a millones…

¿Nicolás Maduro y su gobierno están dispuestos a aceptar el informe y las recomendaciones de la Academia?

Sabemos que la respuesta serán en gran parte negativa, pero nos toca esperar, a ver si hay algún grado de escucha y búsqueda de soluciones.


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