Una
Constituyente corporativa sería antidemocrática y representaría un
quebrantamiento de la constitucionalidad
Si
se pretende que unos sectores tengan más representación que otros, procurando
que una minoría se convierta en mayoría mediante un truco comicial, eso
equivale a un golpe de Estado.
Tal y como expresamos
hace algunos días, y tal y como propusimos en julio del año pasado en carta
privada a José Luis Rodríguez Zapatero y la mesa de diálogo, una Constituyente
pactada puede ser una salida a la grave crisis política que agobia a la
república. Pero convocada unilateralmente como ha anunciado el presidente Maduro
y a través de un formato corporativo, implicaría una violación de la
Constitución y de un principio básico de la democracia que ha sido el resultado
de siglos de luchas populares en el mundo: el de que cada persona debe emitir
un voto igual frente al de otra persona. Si se pretende que unos sectores
tengan más representación que otros, procurando que una minoría se convierta en
mayoría mediante un truco comicial, eso equivale a un golpe de Estado.
Si se respeta el
principio de igualdad frente al voto, es por sus consecuencias lo más parecido
a unas elecciones generales, como las que ha pedido la oposición: la
Constituyente puede reconstituir todos los poderes y abrirle camino a una
transición del autoritarismo a la democracia plena.
Exigimos que las bases
comiciales sean pactadas entre gobierno y oposición, para lo que deberían
reunirse de inmediato.
Debe asegurarse como
lo exige la Constitución el respeto a la proporcionalidad para asegurar la
representación de todo el espectro político venezolano, en particular para que
la minoría que posiblemente sea el chavismo esté representada allí.
Y finalmente
insistimos en que las decisiones que se adopten en la Constituyente deberían
ser tomadas por mayoría calificada, de modo que no sea para que una parte se imponga
a otra sino para la construcción de un nuevo consenso.
Ojalá no se esté
cumpliendo el viejo adagio de Marx, según el cual la historia a veces se
produce como tragedia y luego se repite como comedia. Si la Constituyente se
convierte en un truco; si es o pretende ser un engaño, el chavismo estaría
jugando con fuego pues se estaría deslegitimando y, en los hechos, provocando
un golpe de Estado a través de un envoltorio pretendidamente democrático.
Nota
de Prensa
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