Tengo que comenzar diciendo que ha
sido una semana agitada, sobre todo en las redes sociales, se ha evidenciado
una total irracionalidad hacía la muerte y el calvario de varios personajes.
Podemos prejuzgar las acciones, repartir culpas y hasta condenar a las personas,
pero eso jamás nos liberará del sufrimiento.
No quiero desviarme del eje central de lo que me motiva a escribir estas líneas, espero en los próximos días hacer otros escritos de lo ocurrido durante esta semana, que gracias a Dios, concluye con un evento esperado por todos los venezolanos desde hace mucho tiempo: la beatificación de José Gregorio Hernández.