Ya estamos a mediados
del mes de septiembre y octubre se nos viene encima en un dos por tres. Para
algunos el tiempo se agota para cambiar al gobierno y consideran que dar más
tiempo es perpetuar la agonía que viven los ciudadanos. Otros en cambio consideran
que el cambio se dará en el momento justo, pero la presión del tiempo no puede
ser la excusa para el desespero y la creación de errores perjudiciales para la
oposición.
El CNE a pesar del
vacilón y los obstáculos que ha puesto para la realización del revocatorio, ya
ha manifestado de manera extraoficial, que a finales de octubre se realizará la
jornada de recolección del 20% para activar el referéndum; este es el reto que
tenemos a la vuelta de la esquina y en el cual se tiene que hacer un gran esfuerzo
por lograr, no solo la base de los cuatro millones de electores, sino superar
con creces ese número y demostrar de manera real que el rechazo hacia el
gobierno es general.
Después de lograr la
meta del 20%, nos tocaría la participación masiva en el referéndum revocatorio;
todo hace indicar, a pesar de las voces del desespero, que tendremos la cita
electoral para el primer trimestre del 2017. Se sabe que para ese momento se
revoca al mandatario, mas no al gobierno, pero la pobre victima que le toque
suceder a Maduro, tendrá un piso político muy débil, quedándole como única
alternativa, para mantener la estabilidad gubernamental y del país, la
negociación con acuerdos mínimos que nos lleven a una transición política, que
debería darse en condiciones pacíficas.
Hace una semana María
Corina Machado escribió por twitter: “Conmigo
no cuenten si se acuerda el referendo revocatorio para el 2017”. Un tanto
egocéntrica la declaración, como si de ella dependiera el destino de la nación.
Ya es un hecho y no es por acuerdo, como se quiere hacer ver, que el
revocatorio es el año que viene y nuestra lucha debe ser participar con todos
los hierros, ratificando el rechazo absoluto a Nicolas Maduro y su gobierno.
Los argumentos
abstencionistas solo benefician al gobierno, la frase trillada de “el año que viene quitamos a Nicolás, pero
no cambiamos el sistema” carece de sentido, porque aunque se cambie el
gobierno en este momento, sólo estaríamos sustituyendo al poder ejecutivo en
pleno, teniendo el legislativo a nuestro favor, pero los dos poderes de
importancia político-electoral en contra; todavía tendríamos encima un poder
judicial asfixiante, el electoral al servicio del partido político y el ciudadano
dejando mucho que desear. Si realmente la propuesta es cambiar el sistema, se
debe poner sobre la mesa la carta de la constituyente, como ya lo han hecho
algunos, pero desechada de inmediato por otros, por lo engorroso y complejo de
lograrlo.
Los errores del 2002,
2003, 2004 y 2005 deberían dejarnos un aprendizaje: las inmediateces, los
atajos y la abstención solo tienen un ganador, el gobierno. No podemos dejarnos
llevar por las narices por un grupo visceral que se cree dueño de la verdad
absoluta. Abstenernos para el revocatorio en el 2017, abona el camino y
fortalece al PSUV y sus aliados de cara a las próximas citas electorales
regionales, municipales y presidenciales.
Por lo pronto, es
bueno reiterar que nuestro gran reto es la recolección del 20%, superándolo con
creces, porque tenemos grandes posibilidades para lograrlos, con un alto rechazo
ciudadano al gobierno, la disidencia del chavismo no madurista orientada a
participar, y la disposición de la gente a colaborar en lo humanamente posible
para mover fuerzas con el fin de lograr el objetivo. Todo el esfuerzo de la MUD
y el resto de la oposición debe enfocarse en la cita de finales de octubre,
aprovechando todo un mes para organizar a los ciudadanos a través de los
comandos familiares, asambleas parroquiales y municipales; enfrascarse en
seguir, después de la Toma de Caracas, en concentraciones y marchas, desvía la
atención del objetivo primario y agota mucho a la gente.
Todas estos
planteamientos han sido debatidos en el seno del Foro Cambio Democrático: recolección
del 20% en octubre y revocatorio en el 17. Nuestra humilde, pero sincera
propuesta es darle algo de sindéresis a la política venezolana, evitando caer
en atajos que pueden traer graves consecuencias. La dirigencia de los partidos
políticos debe entender que la ciudadanía ha cambiado en los últimos años, no
es tonta y desea matar su frustración por la vía electoral, sin importar si el
revocatorio es este o el año que viene. Si alguien todavía tiene dudas, hace
dos días Datincorp reveló que casi 80% de los venezolanos está dispuesto a
revocar a Nicolás Maduro, incluso si es el año que viene.
No le tengamos miedo
al debate, pero tampoco condenemos al oscurantismo a los que no compartimos los
argumentos de María Corina Machado, aunque en lo personal, me alegra que ella
pueda decir lo que piensa y siente de la situación actual. Ese es el juego de
la democracia por la cual todos los días luchamos y que debemos todavía
perfeccionar nuestro accionar.
Hola Rafael. Excelente artículo. Estoy de acuerdo contigo, me preocupa el hecho de que algunos lideres de la oposición estén propiciando en sus seguidores la abstensión, para el momento en que se dé el revocatorio. Hasta el cansancio se ha criticado la forma como han actuado los personajes del gobierno. Sus mentes cerradas, su forma de manipular a las personas con sus promesas y sus constantes amenazas.
ResponderEliminarLa oposición, según mi criterio está actuando igual. En lugar de sumar esta restando. Creo que debe cambiar el discurso, las formas, apostar por el diálogo y prepararse mejor para reconstruir este país destruido.
Gracias por la reflexión.
Gracias por tus comentarios Yameli. Hay que cambiar la forma de hacer las cosas
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