miércoles, 31 de agosto de 2016

La Toma de Caracas después del 1


Mañana jueves 1 de septiembre la nación escribe un nuevo capítulo de su lucha por la democracia, la ciudadanía abrumadoramente desea un cambio de rumbo, el gobierno se encuentra perdido en su propio laberinto sin poder conectarse con la realidad existente. Se apuesta a que la jornada denominada “La Toma de Caracas” sea pacífica y cívica, esto en contra de una minoría que parece hacerle juego a la confrontación y la violencia.

Los radicales del gobierno y la oposición buscan nutrirse con un choque de fuerzas que solo perjudica la estabilidad de Venezuela, estabilidad necesaria para reconstruir un tejido social muy deteriorado y poder concertar un gobierno transitorio, o como muchos sectores han denominado, Gobierno de Unidad Nacional. Tarea titánica en momentos en los que vivimos en los cuales la polarización domina el panorama y la división engendrada por el Chavismo ha hecho mucho daño en la sociedad.

No podemos dejar que una jornada cívica sea empañada por la pretensión de unos pocos de querer enfrentar compatriotas contra compatriotas. Los verdaderos enemigos de la república están más cerca de lo que se creen: desabastecimiento, inseguridad, inflación galopante y un rosario de calamidades que no da tiempo de describir. Todos estos problemas se pueden aliviar con un cambio de gobierno que concerte con todas las fuerzas vivas de la sociedad y logre las transformaciones que la nación necesita.

Más allá del 1 de septiembre, debemos prepararnos para los retos que se nos vienen;  el más inmediato el referéndum revocatorio, que por las trabas impuestas por el gobierno se va a dar a principios del año que viene. Un referéndum que cuenta con un respaldo mayoritario de la ciudadanía, sin importar las tendencias políticas-ideológicas, muchos desean un nuevo rumbo para la Venezuela del siglo XXI.

Para lograr el triunfo electoral en el revocatorio se necesita una unidad que vaya más allá de los partidos políticos del establishment, esto nos lleva a unir criterios con disidentes del chavismo no madurista, que buscan una regeneración de sus fuerzas a través del camino democrático, pero sobre todo tenemos que hablarle a esa población que siente una total desconexión de la dirigencia política, chavista y opositora, de la realidad nacional con propuestas claras.

Como ciudadanos no debemos desfallecer; la lucha por los derechos democráticos y constitucionales es de mucha resistencia, y más cuando nos enfrentamos a un gobierno que es transgresor de sus propias leyes. Lo más importante, además, es no caer en los juegos de los radicales de lado y lado, que se alumbran por los atajos violentos, pensando que de esa manera se lograran cambios o permanencias en el poder, sin entender que la gran derrotada por los hechos violentos es la propia patria. 

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