Para Enrique Ochoa
Antich más allá de la constatación principista según la cual el diálogo debe
ser consustancial a toda democracia, éste que tiene lugar en Venezuela es algo
más histórico y concreto. "Lo que debe ser habitual, aquí se nos presenta
como extraordinario, tanto que hasta de valedores foráneos requiere. ¡Será tal
la fractura política que al Papa Francisco hubo que llamar!", resaltó el
directivo de la organización Foro Cambio Democrático.
Ochoa afirmó que
ninguno de los competidores por el poder puede imponérsele al otro. "El
Gobierno, sí, se impone, como lo hizo al arrancarle de un manotón dictatorial
al pueblo su constitucional derecho a un revocatorio, pero tendrá que asumir un
costo político que no querría seguir pagando. Por su parte la oposición tiene
presuntamente el respaldo de una amplia mayoría que la escoge más como
instrumento de castigo que por lo que ella misma representa, pero no tiene la
fuerza suficiente para doblegar a su contrincante. La oposición con la mayoría
y un creciente apoyo internacional, el oficialismo con el poder y la fuerza
(presidencia, presupuesto, instituciones, y, hasta nuevo aviso, mando de la
FAN)".
Explicó que ese
análisis elemental de la correlación de fuerzas, que forma parte del ABC del
oficio político, es lo que cierto radicalismo infecundo no está en capacidad de
comprender, sumergido en un falso moralismo que sólo ha conducido en el pasado
a que el mal que dice adversar se perpetúe (Carmona, paro, abstención,
guarimbas), poseído de un pensamiento mágico del tipo "Marcha del
no-retorno" de tan infausta recordación, y fanatizado por el rencor y la impaciencia.
Por eso desde esa trinchera inútil se vilipendian el diálogo y la negociación
como si fueran infames traiciones y claudicaciones.
Desde el Foro Cambio
Democrático señaló que se han opuesto a la idea misma de ultimátum, pues todo
diálogo requiere de tiempo. Rechazó la
idea que sugiere que la salida de Maduro "ya" es una precondición del
diálogo, punto de honor que por serlo compromete la negociación. "¿O
creemos que el Gobierno está tan débil que acudirá de pie juntillas y con las
manos atadas a la mesa de diálogo a firmar su rendición?", se preguntó
Ochoa. “Si es un diálogo, si es una negociación, entonces es otra cosa pero no
una rendición incondicional como algunos expertos en ilusionismos y
levitaciones creen”, replicó Ochoa Antich.
Por último, el analista
concluyó que quebrantado como ha sido el hilo constitucional cuando el
partido-gobierno-Estado suspendió arbitrariamente el revocatorio presidencial,
el objetivo nacional es rehacerlo mediante un pacto político que entre otros
aspectos conduzca a un calendario electoral progresivo y, ojalá, a un Gobierno
de Unidad Nacional. "Es lo que los venezolanos de buena voluntad
demandan".
Fuente: El Universal
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