Estamos
recorriendo un largo y tortuoso camino por lograr la tan anhelada
transformación que reclaman millones de venezolanos. Hoy sectores extremistas
nos piden definirnos entre dos opciones: la
vida o la muerte; cosa terrible ya que la realidad es mucho más compleja.
Los
sectores políticos han desarrollado en las últimas semanas, varios encuentros
en Barbados, con el auspicio del gobierno noruego y respaldado por casi toda la
comunidad internacional. Es una lástima que en esta semana, que concluye, el
gobierno de los Estados Unidos haya tomado unas medidas, que en nada
contribuyen a lograr una resolución de la crisis por la vía pacífica.
Por
un lado, Donald Trump emite una resolución que termina bloqueando todas las
actividades económicas y comerciales con Venezuela; por el otro, John Bolton
dice que “el tiempo del diálogo se agotó”.
El bloqueo es un duro golpe para todos los venezolanos, que ya son víctimas de
un oprobioso régimen; pero lo dicho por Bolton pone de manifiesto un vulgar tutelaje
hacía un sector de la oposición. Más allá de que seamos chavistas/maduristas o
demócratas, debemos rechazar el tutelaje extranjero y defender nuestra
soberanía con profundo sentido nacionalista.
Hoy
las negociaciones están en stand by,
el sector oficial decidió no ir a la última ronda de contactos, pero no cerró
la puerta a futuros encuentros. La oposición se mantiene en el método de Noruega a la espera de lo que
pueda pasar en el corto plazo. En medio de todo, está el ciudadano que necesita
que se le dé una salida inmediata a esta crisis que ya ha cobrado demasiadas
víctimas.
La
Política ha llegado a una encrucijada en el camino y debe definir cuál tomar;
la decisión no es tan fácil, ya que el que escoja llevarán a criticas de
diferentes factores. Es demasiado complejo complacer a todos. La clave es no
aceptar presiones y, mucho menos, chantajes de los extremos que lo único que
desean es la confrontación fratricida.
Se
debe apostar por una moderación que proponga mecanismos para el encuentro de los
iguales; que aporte al debate y contribuya en la reconstrucción democrática.
Algunos sectores políticos y sociales ya se encuentran en esa tarea, de manera
más silvestre, pero que no deja de ser importante para buscar la convergencia
entre factores y líderes que hasta ahora son disímiles.
Venezuela
necesita recobrar la esperanza y el futuro, arrebatado por unos pocos; eso se
puede lograr en la definición de una Política que logre aglutinar, a través de
los puntos comunes, a millones de ciudadanos que apuestan por la
reconstrucción.
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