sábado, 20 de junio de 2020

El Centro Político



Llevamos 22 años en una constante polarización; hemos divididos en dos todos los niveles de nuestra sociedad: desde las familias hasta las esferas más altas de la nación. Chavistas y antichavistas era la premisa para definir política y socialmente a los ciudadanos. Un gran daño se hizo con esta categorización que hoy sigue dejando hondas heridas y mucho resentimiento.

En la actualidad ha mutado esa polarización, ya no se circunscribe a dos grandes grupos, ahora tenemos al menos cuatro sectores identificados, que alimentan la división y son incapaces de reconocerse mutuamente. Nada peor para una sociedad fracturada que seguir con el discurso de división y, sobre todo, promover el odio a las diferencias.

Ante esta situación, preocupante por demás, se hace necesario la construcción de un Centro Político, que promueva no solo el encuentro de los diferentes, también la reconciliación en nuestra sociedad. Debemos enterrar toda postura que suscite el encono, entendiendo que es fundamental reconocer nuestro pasado, ese que nos trajo hasta aquí y que puede ayudarnos a fortalecernos como nación.

El Centro Político no está para juzgar, eso debe dejárselo a los órganos de justicia y a la sociedad que considerará si un individuo o grupo ha cometido alguna afrenta o delito. Jamás debe permitir la impunidad y quienes tengan deudas judiciales, deben pagarlas como corresponde la ley. La venganza no es una opción, ya que la misma no proporciona satisfacción y enquista el odio social.

Quienes apostamos a esta vía, debemos ser una bisagra para los diferentes factores políticos y sociales. Se hace menester realizar este ejercicio no solo para la política en general, también hay que ejecutarlo dentro de la oposición, esa que hoy está dispersa, pero si se une es capaz de lograr grandes cambios para el país.

En el pasado se ha tratado de construir espacios similares al Centro Político, algunos se han identificado con la Tercera Vía, pero terminan absorbidos por la polarización o incluso se transforman al extremismo, buscando captar mayores simpatías. Recordemos que en algún momento Hugo Chávez se identificaba con las posiciones que encarnaba Tony Blair; también el PPT, al separase del chavismo en el 2010, trato de estimular una política despolarizada, absorbida a posterior por la Unidad Democrática y que condujo a su intervención judicial.

Despolarizar debe ser un objetivo claro del Centro Político, ya que así se puede contribuir a construir realmente algo diferente y que busque lo más básico de la política, que es alcanzar la síntesis, a través de la tesis y la antítesis. El ejercicio del consenso se ha dejado de lado, por quienes prefieren mantenerse en el reducto y no lograr acuerdos que pueden aliviar el sufrimiento de la gente.

Hoy se hace necesario que un liderazgo colectivo, alejado de la diatriba estéril busque sentar en la mesa a la diversidad de las fuerzas democráticas, para poder lograr enfrentar al régimen dentro del campo político. Si logramos unirnos como oposición, podremos reunificar a Venezuela.

Es necesario entender que el Centro Político se aleja de las posiciones más extremistas que no promueven reconciliación y que se entregan a los intereses extranjeros. Necesitamos construir una narrativa nacionalista y autónoma, que se conecte con las necesidades del ciudadano, puede ser radical en exigir mejores condiciones de vida para millones, pero sin caer la intransigencia de algunos discursos.

Muy complejo es construir algo diferente, más en momentos donde no solo en nuestro país, también en el mundo, tener posiciones altisonantes es lo atractivo. Hay que esforzarnos, apostar a estrategias que construyan la pacificación y logren poner en el centro del debate al ser humano.

¡Vale la pena! ¡Hagámoslo posible!

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